Apreciados Socios,
Tal y como manifestaba el retórico romano Quintiliano, “todo lo que tiene un inicio, llega a un final”. En mi caso, este inicio se remonta al 2008, año en el que asumí el cargo de tesorero del Club, en la Junta Directiva del ex presidente, Fernando Lecanda.
Como tesorero, observé la necesidad de aplicar en el Club políticas de gestión sostenibles, que garantizaran el buen servicio, pero también la pervivencia del mismo en el largo plazo. Entendí que las Juntas Directivas se debían a la misión de mejorar los servicios y preservar el modelo de Club para los actuales y futuros Socios.
Durante aquellos primeros años, gracias al considerable aumento de la actividad ofrecida en el Club y a la profesionalización de las áreas deportiva y social -seña y legado de aquella Junta Directiva-, los resultados en el apartado económico fueron muy positivos y, al final de la primera legislatura, el Club gozaba de una situación financiera envidiable (incluso manteniendo cerrada la admisión de nuevos Socios), lo cual fue clave para acometer en la segunda legislatura las múltiples reformas efectuadas durante aquellos años: la nueva zona familiar, las pistas de pádel 1 y 2, el nuevo comedor o la recepción.
Ya en el año 2015, varios miembros de aquella Junta Directiva y algunos otros Socios del Club me convencieron para conformar una nueva candidatura, de carácter continuista, y así proseguir con el modelo de gestión que ya venía desarrollándose durante los años anteriores. Puedo aseguraros que asumir la presidencia fue una responsabilidad no buscada por mi parte, pero como ocurre a menudo en muchos ámbitos de la vida, las circunstancias nos llevan a asumir retos y a tratar de afrontarlos con la mayor de las ilusiones y la mejor de las intenciones.
La homogeneización de las condiciones de los servicios ofrecidos entre las diferentes secciones deportivas, el mantenimiento de las políticas de sostenibilidad económica, la ordenación de las correspondencias y la creación de nuevas figuras de relaciones entre clubes, fueron algunos de los objetivos cumplidos durante los cuatro años que duró mi primera legislatura. En el apartado de inversiones, las pequeñas reformas prosiguieron, si bien, cada vez se hacía más patente la necesidad de acometer un plan de reforma profundo que supusiera renovar por completo algunos de los espacios, en lugar de continuar un arduo y costoso proceso de reparaciones que no terminaban por solventar las debilidades de una cada vez más obsoleta instalación. Esto no impidió que continuaran realizándose inversiones que resultaban necesarias, como fue el caso, por ejemplo, del nuevo campo de hockey hierba.
De esta manera, en el año 2017, la Junta directiva aprobó la publicación de un concurso de ideas que sirvió como pistoletazo de salida del ya por todos conocido Proyecto de Reforma de la Instalación.
Este proyecto fue el pilar principal del programa de mi candidatura a la reelección como presidente de Jolaseta, presidencia que asumí nuevamente en el año 2019 con la total confianza de los Socios del Club, pues no se presentó candidatura alternativa. Sin embargo, todos éramos conscientes que la tramitación, presentación, aprobación y ejecución del proyecto completo sería un proceso mucho más largo que la propia legislatura. Se trataba de un proyecto de Club, un proyecto que una Junta propondría -este fue nuestro caso-, que otra Junta distinta ejecutaría y que, probablemente, una última hubiera de amortizar, en un plan director que marcara el camino a seguir durante los próximos lustros. Se trataba, precisamente, de no tomar decisiones superficiales, que desde luego hubieran sido más sencillas y, en cambio, asumir la responsabilidad de fijar la mirada hacia el futuro.
Con la llegada de la pandemia del año 2020, por primera vez en casi 90 años de historia, el Real Club Jolaseta se vio obligado a cerrar sus puertas y el desarrollo del proyecto se vio detenido. He de resaltar que la gestión por parte de los miembros de la Junta y de los empleados del Club durante estos difíciles momentos fue ejemplar, momentos en los que hubieron de tomarse decisiones complejas y a menudo impopulares, momentos que ahora parecen ya lejanos en el tiempo, pero que se vivieron muy intensamente. Jolaseta supo adaptarse a las circunstancias y convivir, en primer lugar, con el cierre de la instalación y, posteriormente, con las restricciones durante más de un año.
Retomada la actividad y el desarrollo del proyecto a finales del 2021, este se presentó a los Socios en su forma definitiva, pretendiendo alcanzar las mejores soluciones de cara a satisfacer a la amplia mayoría de usuarios y también de atraer a otros nuevos que actualmente no hacen uso de la instalación, especialmente los jóvenes y los más mayores, que hoy en día apenas sí disfrutan de unos pocos servicios en su Club. Colectivos ambos que, además, pronto serán los más numerosos de Jolaseta.
Como norma general, los procesos democráticos en los que los individuos que conforman un colectivo pueden manifestar su conformidad o no con lo que se propone, son procesos percibidos como positivos en sociedad. Nunca una propuesta, un proyecto, presentado de buena fe, puede suponer un elemento de ruptura. Proponer es, en cualquier caso, algo positivo, nunca negativo. En la propuesta está la riqueza, el afán por mejorar. Pero el hecho cierto es que no ha ocurrido así y que, en esta ocasión, nuestro proyecto ha supuesto -aprovechado por algunos como elemento de fractura- un contexto de confrontación entre los Socios.
Anteponiendo siempre el interés general del Club, me veo en la obligación de evitar por todos los medios esta situación.
Es por ello por lo que, a falta de 14 meses para finalizar mi segunda legislatura, doy un paso al lado, de la misma forma que consideré necesario darlo al frente hace ya 7 años, confiando que los Socios tengan a bien escoger un nuevo presidente en un proceso electoral. Es también mi deseo que el próximo equipo directivo decida someter a la valoración de los Socios del Club el Proyecto de Reforma de la Instalación, en su forma actual o con las variaciones que consideren convenientes. Es, en verdad, una necesidad fundamental del Real Club Jolaseta actualizar sus instalaciones y adaptar sus servicios a las circunstancias del futuro. Que el cortoplacismo, el miedo al cambio, o la falta de amplitud de miras, no impida tomar decisiones que afecten al saludable devenir de nuestro Club, asumamos la responsabilidad de garantizar un modelo sostenible para nuestros hijos y nietos, igual que nuestros padres o abuelos lo hicieron antes que nosotros.
Para terminar, quiero tener unas palabras de agradecimiento sincero para con todos los miembros de las diferentes juntas con las que he convivido, por su desinteresada labor y dedicación, así como también dar las gracias de todo corazón a todos y cada uno de los empleados del Club, a los que están y a los que ya no están. Deseo agradecer a los Socios sus buenas palabras, los comentarios positivos, las felicitaciones recibidas en los momentos de éxito y su apoyo en los no tan exitosos; a todos aquellos Socios de los que he recibido reclamaciones y críticas, todas ellas constructivas, desde el respeto y el interés por mejorar, les doy igualmente las gracias, pues mis 14 años conformando el órgano principal de gestión del Club me han enseñado que no existe una única forma de entender Jolaseta y que, precisamente, la pluralidad de opiniones ha sido también un elemento que nos ha permitido perdurar durante casi 90 años. En mi opinión, aquellos que fomentan la protesta, sin perseguir un fin más elevado que el propio interés, y que en ausencia de argumentos utilizan la mentira y la falta de respeto hacia los miembros de esta o cualquier otra Junta o hacia los empleados del Club, hacen un flaco favor a esta institución, así como al resto de Socios. Considero que, por fortuna, su momento pasará, pues el Real Club Jolaseta está siempre por encima de cualquiera de sus Socios, al igual que lo está, por supuesto, de sus presidentes.
Me despido no sin antes depositar mi total confianza y mejores deseos al próximo presidente y su Junta Directiva. Desde estas líneas todo mi apoyo y la certeza de que pueden contar, si así lo desean, con la plena disposición de quien firma estas líneas.
Un fuerte abrazo
Alfonso Gómez Bilbao
Presidente